DE ADENTRO
BRANDY. Dejar que el polvo cuide de las cosas. Esa, según Carlos Brandy, es una de las formas de la sabiduría. Pero no hay ajenidad en ese aparente abandono. Está también el poeta, dice Brandy en el mismo poema, que ha escogido las banderas y se ha encerrado en un cuarto... vacío. Desde ese encierro donde no hay nada más que la poesía, legó el poeta sus últimos poemas, que aún permanecían inéditos hasta que al cuidado de Jorge Arias aparecieron, de manera póstuma, en Esa enorme soledad.
Son, a su modo, textos de desencanto (“aunque no lo creas, amor es perder el tiempo”). Pero no lo son de aislamiento. El poeta está en contacto con su pasado familiar (“Madre a veces veo tu rostro de abiertos ventanales”) y colectivo (“Sólo queda el alma como una llanura/ Allá donde los sueño...
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