—¿Usted cree que las cuatro o cinco denuncias de abuso presentadas contra sacerdotes desde 2017 reflejan la realidad?
—Lo que yo creo es que realmente hay pocos casos, comparativamente, a nivel de la Iglesia. Eso no quiere decir que no sean todos dolorosísimos, con mucho sufrimiento para quienes los han padecido.
—¿En qué se basa para afirmar que «hay pocos» casos?
—Hablo de algo objetivo: que no ha habido denuncias. Puede haber algún caso más, porque sabemos que muchas veces el menor que lo sufre espera un buen tiempo sin hacer la denuncia porque es parte de su sufrimiento. Pero, por otro lado, entiendo que en la Iglesia de Uruguay se dan una serie de hechos para que no sean tantos los posibles abusadores.
—¿Por ejemplo?
—Que ser sacerdote en este país no es ningún privile...
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