El 7 de setiembre del año pasado, el presidente Luis Lacalle Pou, después de haberse reunido con los partidos de la coalición multicolor y el Frente Amplio (FA), anunció, con bombos y platillos, que había recibido, a través del embajador chino, la noticia de que el gigante asiático estaba dispuesto a firmar un tratado de libre comercio (TLC) con Uruguay. También agregó que ambas partes iniciarían, en conjunto, un estudio de prefactibilidad que estaría pronto antes del fin de ese año. Sin embargo, desde entonces el silencio ha sido la tónica dominante. No se conoce ningún estudio de parte del gobierno uruguayo, tampoco del chino, y solo se ha dado a conocer un documento de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) elevado al Ejecutivo (y disponible en su página web) favorable al acuerdo, a...
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