Ya sea a través del ataque público y la difamación, o de la presión desde la interna partidaria, el establishment busca acallar las voces críticas del Congreso. La campaña impulsada por Donald Trump contra la diputada musulmana Ilhan Omar reafirma la islamofobia de la Casa Blanca y revela el nerviosismo que provocan los nuevos liderazgos.
La diputada de
Minnesota, Ilhan Abdullahi Omar, es casi un catálogo de todos los ingredientes
que el presidente Trump usa y abusa para degradar a casi media humanidad: es
joven (37 años), inmigrante, primera persona nacida en África y primera mujer
de Minnesota en ser elegida para el Congreso, es negra, es demócrata, prestó su
juramento constitucional con la mano sobre el Corán, luce su hiyab aun en la
Cámara, donde una regla de 1837 prohibía cubrirse...
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