Quien entre hoy al Mnav (o incluso quien pase por la puerta) sabrá inmediatamente que algo serio ha pasado. La muestra “Aquí soñó Blanes Viale”, de Pablo Uribe, ha tomado el museo, ha reordenado el acervo, modificado su arquitectura, intervenido sus procesos, y en ese acto ha disparado una reflexión amplia sobre el museo propiamente dicho. Sin embargo, lo que Uribe propone no es una crítica institucional, sino una mirada sobre cómo operan el azar y la necesidad en la construcción de un relato sobre el arte nacional uruguayo y sus maneras de seleccionarlo, guardarlo y mostrarlo.
—La muestra que inauguraste la semana pasada en el Mnav implica un proceso largo y complejo de elaboración y armado, desde su concepción hasta su concreción. ¿Cómo y cuándo se inició?
—Hace unos cuatro años Ca...
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