Clima y nervio - Brecha digital

Clima y nervio

Volcano Radar.

Volcano Radar

Desde 2012 el uruguayo Elbio (Rodríguez) Barilari viene tocando en Estados Unidos junto con la guitarrista Julia Miller en el proyecto Volcano Radar. En 2016 comentamos en Brecha su disco Electro parables. Mientras tanto, ambos adquirieron y asumieron la dirección de Delmark –el más antiguo sello independiente de jazz y blues de Estados Unidos (existe desde 1958)–, incluido su estudio de grabación. Por este sello sale el nuevo disco de Volcano Radar, en su versión más amplia (con bajo y batería), con la participación del saxofonista y clarinetista cubano Paquito D’Rivera y el pianista nicaragüense Darwin Noguera. El título Paquito libre1 alude al más célebre de los invitados y al carácter free (en el sentido de “free jazz”) de esas sesiones de grabación.

Sólo uno de los surcos es realmente una “composición”, “East Pole, West Pole”, de Barilari y Miller. Los demás surcos son todos improvisaciones, firmadas por todos los instrumentistas/creadores que intervienen en cada caso. Aun “East Pole, West Pole”, por lo que se infiere de esta versión, parece ser esencialmente una figura sencilla de bajo (dos ataques en una misma nota en el primer tiempo de cada compás) sobre un bordón, que en este caso está tocado en la viola eléctrica, y los demás músicos pueblan los abundantes espacios vacíos con las ocurrencias desatadas por esa situación nerviosa, sin quitarle la primacía.

Ni Miller, que toca la guitarra‑sintetizador, ni Barilari lucen aquí propiamente como virtuosos, aun si este último se desempeña en una asombrosa variedad de instrumentos (guitarra, viola, fliscorno, trompeta, clarinete bajo, piano eléctrico, bandoneón, bajo, berimbau y electrónica). Aparte de ser los responsables por el concepto general y de haber producido y comezclado el disco, ambos asumen como ejecutantes un enfoque minimista, concentrándose en meter sus pizcas para el color sonoro global, en ocupar determinado lugar estratégico en el registro, en ubicar con sensibilidad un evento ruidístico aquí, o allá trazar una línea hecha de pocas notas. Es un enfoque que tiene muchos puntos en común con Miles Davis, y, mantenidas las esperables grandes diferencias, esa cercanía queda en evidencia en los momentos en que Barilari toca la trompeta.

Ese enfoque más despejado y climático de la ejecución juega en forma interesante con los demás músicos, que sí son de tocar muchísimas notas con enorme firmeza y seguridad, y hacen eximias improvisaciones de tradición jazzística. Paquito D’Rivera dispensa presentaciones y elogios. De Darwin Noguera no tengo mayores referencias, pero es tremendo, sobre todo al piano. El bajista Rollo Radford tocó con Sun Ra y Dinah Washington, por ejemplo. Y el batero Ernie Adams tocó con Al di Meola.

Algunos surcos son de tipo climático, volado, más parecidos al Volcano Radar de Electro parables, con la diferencia importante de que casi siempre Adams y Radford están al fondo imprimiendo una textura nerviosa, en constante movimiento, aunque toquen con una dinámica muy suave: es como un fondo aparentemente quieto, pero con una constante ebullición potencial, a punto de explotar (y, de pronto, eso salta a la superficie y todo se mueve). D’Rivera brilla siempre, sobre todo en el surco que lleva su nombre, “Paquito libre”, en el que da muestras, además, de rigor improvisativo, en el sentido de que casi todo lo que hace gira sobre el motivo propuesto al inicio de la grabación, que, sin embargo, aparece constantemente variado con mucha imaginación.

No hay dos surcos exactamente con la misma formación. Aun en los dos únicos surcos en que tocan los seis, los distintos instrumentos que usan dan colores totalmente diferenciados, y las combinaciones son siempre interesantes, a veces más cercanas al free jazz a la Ornette Coleman, a veces aludiendo a algo más rústico‑caribeño (como en “The Quark and the Jaguar”, en que los teclados de Noguera tienen timbre de marimbas y Adams toca bongó), a veces más espacial‑electrónico.

1.   Delmark, DE 5028, Estados Unidos, 2018.

Artículos relacionados

Dieciséis canciones: disco póstumo de Sebastián González

Canciones de una habitación