El jueves 3 de junio el presidente de la república, Luis Lacalle Pou, viajó intempestivamente al departamento de Durazno para reunirse con el empresario argentino Alejandro Bulgheroni. Dicen las voces autorizadas que Bulgheroni amasa una de las fortunas más grandes del continente, producto de su astucia empresarial en sectores como el lechero, el vitivinícola y el aceitero –y del pequeño aliciente que representó, en su ímpetu para correr riesgos económicos, una herencia billonaria vinculada a las incursiones de su familia en el negocio del petróleo–. El empresario había cultivado un perfil bajo en Uruguay hasta que su figura fue enaltecida por los dos últimos períodos de gobierno del Frente Amplio (FA).
A instancias del gobierno del expresidente José Mujica, los emprendimientos de Bulg...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate