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Bisturíes desatados

En algunas instituciones médicas uruguayas los partos naturales se han vuelto raros. La tendencia a que se consoliden tasas de cesáreas mucho más altas que las que conoció el pasado siglo es firme en todo el mundo, y eso presenta sus problemas. La remuneración del acto quirúrgico es sólo una parte, y tal vez menor, de la explicación.

Foto: Alejandro Arigón

En Uruguay casi la mitad de los nacimientos son por cesárea. El año pasado fueron el 44 por ciento. Hay sanatorios como el Americano donde sólo tres de cada diez alumbramientos ocurren naturalmente, y alguna fuente señala entidades de medicina privada en las que la proporción sería aun mayor. La “epidemia” campea también en el sistema mutual e incluso en Salud Pública, cuyo guarismo global es más bajo que el promedio pero probablemente por influencia de las “madres del Pereira”, pues en ese hospital se sigue pariendo “a la antigua” en siete de cada diez casos. Aunque la situación no es la misma en los distintos departamentos, todos ellos presentan porcentajes de cesáreas superiores al Pereira. Flores y Maldonado tienen los más altos del país.

Parece un mal latino. En el planeta el porce...

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