Si bien el Bns es una compañía de tradición clásica, ha incorporado a su repertorio obras que permiten a los espectadores tomar contacto con diferentes estilos de danza al tiempo que conocer el trabajo de los mejores coreógrafos del mundo del siglo XX como Jirí Kylián, Nacho Duato y William Forsythe, entre otros. Hamlet ruso es una de esas piezas que no sólo permite el acceso a un lenguaje más contemporáneo (aunque de fuerte impronta clásica), sino que acerca al espectador a la majestuosa obra del coreógrafo ruso Boris Eifman (1946).
Como se sabe, el ballet ruso está lejos de ser un mero encadenamiento de buenas ejecuciones, toda obra rusa que se precie debe tener sentimiento dramático. Por eso no es extraño que Eifman, que se destacó como coreógrafo en el Conservatorio de Leningrado y ...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate