El libro de ensayos de 1978 Silences, de Tillie Olsen, es una obra de una potencia inusual: una colección de ensayos que exploran e iluminan las zonas mudas de la creación literaria, como valles sombríos que rara vez despiertan nuestra atención, ese territorio desde el que las voces irrumpen brevemente y se callan para siempre –o, al menos, durante períodos misteriosamente prolongados–, donde habitan las voces que apenas consiguen dar una breve muestra de su valía, las que te hacen pensar en términos como malograda o desperdiciada y especular melancólicamente con lo que pudo haber sido. Los ensayos de Olsen están llenos de ejemplos de talento –e, incluso, de genio– doblegados por condiciones materiales concretas, tantas veces subestimadas en el análisis ulterior. Ella no estaba teorizando...
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