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Acorralado

Hay vecinos de José Nino Gavazzo que cuentan con lujo de detalles cómo, en el último mes, se han cruzado por la calle con el represor. Luego del escrache su defensa presentó varios escritos para pedirle al juez, entre otras cosas, la reserva del expediente y el cambio de domicilio. Parece que Gavazzo quiere perderse de vista.

Foto: Juan Manuel Ramos

Iba a sacar su auto por Libertad, pero antes le cedió el paso a un peatón. Lo miró, eran las 7.30 de la mañana, y ese rostro la obligó a detenerse. En el frío de esa mañana de abril, él se escondía bajo una capucha y venía con el paso apurado. Ella lo vio y el frío le corrió por la espalda. Recién después repararía en que sólo cargaba su Nokia 1100, el celular que usa para el trabajo, y que no tenía cámara de fotos para documentarlo. En ese instante únicamente atinó a dar la vuelta a la manzana para esperarlo por Libertad y Martí, en la misma esquina donde semanas después se haría un escrache para impedir que José Nino Gavazzo –portador de uno de los rostros que mejor expresan el cinismo de la dictadura y que recuerdan el Plan Cóndor, el robo de niños, la violación de mujeres, la tortura y...

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