Su apellido desprende un inconfundible olor a dictadura. Durante el régimen franquista la familia Benjumea vio cómo su cuenta bancaria engordaba a un ritmo imparable. Uno de sus más ilustres miembros, el ingeniero Javier Benjumea Puigcerver, plantó la semilla del éxito en 1941, cuando dio a luz su proyecto empresarial: Abengoa. Lo acompañaba su colega José Manuel Abaurre Fernández-Pasalagua, el otro padre del imperio que acababa de nacer. Setenta y cuatro años después, esta gran máquina de hacer dinero podría estar a punto de apagarse: la trasnacional española dedicada a las energías renovables debe demasiado dinero. Ya no hay muchas opciones: refinancia, se reestructura, o cierra. Ni más, ni menos.
Esta es la historia de una gran empresa conducida por grandes empresarios que tenían muc...
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