Durante ocho años, el escritor y periodista Alejandro Ferreiro entrevistó a muchas figuras de la cultura uruguaya. El programa de radio se llamaba Planetario, se emitió desde 1998 hasta 2006, de lunes a viernes, y armó una comunidad de la palabra. Pasar la noche boca arriba, escuchando por más de dos horas un sinfín de referencias literarias, musicales o audiovisuales poco frecuentes –incluso casi inaccesibles– e intentando tomar nota puede parecer, hoy, algo curioso. Sobre todo si pensamos que se emitía en vivo, que las formas de contactar con el programa eran muy diferentes a las actuales y que terminaba entrada la medianoche. En 2022, Ferreiro resolvió publicar Irrepetibles, un libro que reúne seis entrevistas en aquel programa radial. Mario Levrero (Jorge Varlotta), Abel Carlevaro, Marosa di Giorgio, Alfredo Testoni, Lágrima Ríos y Gustavo Príncipe Pena son los protagonistas. También lo son la experiencia del reencuentro con las grabaciones, preservadas a conciencia, y un cierto espíritu provocador.
En el prólogo, Ferreiro advierte el carácter de proyecto que tiene el libro. Las seleccionadas para integrar este volumen son parte de un conjunto de entrevistas que grabó y conservó con un objetivo futuro. Dieciséis años después de terminado el programa, la conciencia del archivo cobra especial importancia. En primer lugar, porque ofrece la posibilidad de dotar de sentido el contexto de los creadores a partir de su propia voz, también porque supone una posición respecto a la importancia del registro y de la preservación y, además, porque los seis entrevistados continúan siendo un misterio y un milagro. «¿Para qué archivar cosas? Pues para que sirvan de archivo. Después viene la voluntad […]. De escarbar, de revolver, de confesar. Las ganas de conversar con los que no están, pero conversan todavía», sintetiza Ferreiro.
Irrepetibles es, por tanto, un libro de archivo cuya intención es compartir aquellos encuentros únicos y trasponer al papel el sonido de la experiencia a la luz del presente. Eso se logra no tanto con la transcripción, sino con las descripciones, las narraciones de ciertos momentos, la introducción de justos testimonios, las reflexiones desde el presente ante el reencuentro del periodista con el material y, sobre todo, con la forma en la que cada una de las entrevistas se despega de la monótona lógica que suele desembocar en una respuesta esperada para dejar lugar a la imaginación.
La entrevista que abre el libro es a Mario Levrero y es la única que no se hizo en el estudio de la radio ni en vivo. Ferreiro relata la llegada a la casa del escritor, el momento preciso en el que tocar timbre supuso desafiar la resistencia de Levrero a ser entrevistado y cómo eso devino, inevitablemente, en una creciente relación de afecto futuro. Jorge Varlotta despliega su maquinaria significante en cada intervención y logra, a veces en dos o tres frases, transmitir lo imposible: eso que lo hace ser Mario Levrero.
El compositor, guitarrista, pedagogo e investigador Abel Carlevaro se distingue entre los entrevistados por su monumental sabiduría. Son especialmente conmovedoras las intervenciones de los oyentes, así como la forma en la que Carlevaro comparte sus procesos creativos e intelectuales en la infancia y la adolescencia. Cuando Ferreiro lleva la conversación hacia la docencia, el maestro, que enseñó su método en todo el mundo, pide permiso para detenerse y tomarse todo el tiempo que requiere esa respuesta. En ese instante parece elevarse e iluminar de forma única al lector.
Ferreiro relata que esperó a Marosa di Giorgio con flores en el estudio. Durante la entrevista, incorpora pasajes de su conversación con Nidia di Giorgio años después, cuando preparaba el material escrito. La poeta y su extravagancia melódica, las condiciones de producción de su obra y el indisoluble lazo entre erotismo y naturaleza vuelven a hacerse presentes al leer su voz. Porque Marosa di Giorgio siempre florece. La charla que mantiene Ferreiro con Alfredo Testoni no solo fue con el emblemático fotógrafo, fue con una forma de haber visto cómo llegamos adonde estamos. Las palabras de Testoni ofrecen lenguajes para comprender la historia y permiten que se pongan en juego una memoria, una tradición y un saber que luchan contra cierta tendencia delusoria.
Lágrima Ríos es, junto con Carlevaro, de las entrevistadas que producen más conmoción. Por su profunda humanidad, esa que habita entre la fragilidad y la fortaleza, entre el talento y el esfuerzo. Una mujer pobre que padeció no uno, sino muchos infortunios (lo que relata respecto a su periplo para conseguir una vivienda en su barrio debería avergonzar a más de una persona) y que, sin embargo, ama, entona y vibra como ninguna. Las anécdotas que los oyentes comparten no tienen desperdicio y su canto –relatado por Ferreiro de forma tal que a los lectores les parecerá escucharla– hace que la entrevista sea una joya para atesorar. Por último, Gustavo Príncipe Pena despliega su juego e imprime notas distintivas a la entrevista con momentos de gracia, de provocación y de una arrolladora potencia imaginativa; una conciencia mucho más viva de lo que decían que estaba.
La historia de cada uno de los encuentros, así como las notas al pie, dotan al libro de un carácter planetario. Irrepetibles no es un volumen pensado solamente para quienes conocen el trabajo de los entrevistados, es un libro que abre puertas y suma recorridos. Cada uno de los entrevistados ofrece un universo creativo, estético, intelectual y afectivo propio que se expande, que es ilimitado. Seis figuras que reivindican el derecho a imaginar, a crear mundos, a ponderar el relato y la memoria, y que parecen conversar entre sí. Al terminar el libro se tiene la impresión de que algo poco definible se ha ido para siempre, pero que puede asirse si el diálogo entre obra y memoria abre paso a la ilusión imaginativa propia.
Irrepetibles. Entrevistas en Planetario, de Alejandro Ferreiro. Colección Espejo. Debate, Penguin Random House, 2022. 248 págs.
