La operación es simple: empieza con una pintura rupestre y termina con un grafiti. Como la célebre elipsis del hueso en 2001: Odisea del espacio, el flamante libro de Liliana Colanzi traza una parábola total en poco más de 100 páginas. Desde la cueva prehistórica en la que una muchacha imprime su huella con sangre hasta el área restringida de un accidente nuclear, sus seis cuentos surcan la noche de los tiempos dejando una estela de radioactividad. Estalactitas creciendo en fast forward. El pacto faústico rubricado por una niña de ojos verdes. El nido del diablo sobre la instalación eléctrica. Un pueblo de Brasil bronceado con el flúor de una calabaza. Estábamos preparados para que el apocalipsis fuera la sinfonía del horror, no esta maravilla incandescente. Así no se puede.
Coronado c...
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