Suceden cosas muy curiosas en el contexto de la guerra de Ucrania. Por ejemplo, con la crisis energética. En la Unión Europea (UE), los mismos países que tradicionalmente se oponen a prestar dinero o ayudar a los más pobres o endeudados del bloque en nombre de la «responsabilidad», de la «claridad de las cuentas públicas» o de «transparencia de las leyes del mercado» ahora están pidiendo a esos mismos países que los ayuden a ellos en nombre de la «solidaridad». En claro: países ricos como Alemania, Luxemburgo, Holanda, Austria, Dinamarca, Suecia y Finlandia, apoyados por las máximas autoridades de la Unión, vienen reclamando desde hace algunas semanas a España, Italia, Portugal, Grecia, Hungría, Polonia que por la escasez de gas que están padeciendo ellos –más bien, sobre todo ellos– y pa...
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