En enero de 1985 se hizo el festival Rock in Rio y viajaron juntos a verlo Daniel Magnone, Fernando Cabrera y Carlos da Silveira. Fue ahí que conocí a Daniel y a Fernando. Yo todavía no había venido nunca a Uruguay, aunque conocía la mayoría de lo que habían grabado. Ellos estaban muy excitados frente a la perspectiva de ver a Queen, Rod Stewart o Iron Maiden, pero yo estaba mucho más excitado de conocerlos a ellos, que, en mi opinión, venían haciendo cosas mucho más relevantes. Me sorprendió la manera en que Daniel tiraba todo eso un poco abajo. Lo sentí muy autocrítico y desencantado con el Canto Popular, en cuyo contexto había hecho toda su carrera. Me resultó incomprensible, porque este país de 3 millones de habitantes era un hervidero de creatividad, y además tenía la impresión (y la...
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