Quienes escucharon la balacera no se olvidan más de aquel Día de Reyes de 2019, cuando Gilberto Perico Pellejero fue tiroteado por un tropel de policías en el fondo de su vivienda, en Paso de la Arena. Tenía 41 años. Solo cuando la situación se reveló irreversible, el hombre se desprendió de los dos machetes –de 50 centímetros de largo– que sostenía con determinación, uno en cada mano, en posición de ataque. Esa tardecita del 6 de enero, los uniformados que lo rodeaban decidieron llevar las cosas hasta las últimas consecuencias. Como fueron los únicos sobrevivientes, corren con ventaja también en el relato. Ante el fiscal, por ejemplo, algunos de ellos contaron que lo primero que hizo Pellejero cuando constató que lo tenían cercado fue –él también dispuesto a todo– dibujar con las cuchill...
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