La palabra del presidente de la república, Luis Lacalle Pou, quedó en entredicho. El sábado 23, en una elíptica conferencia de prensa, aseguró tajantemente que estaban cerrados dos contratos para adquirir 3:750.000 vacunas, la de Pfizer (2 millones de dosis) y la china Sinovac, producida en Brasil (1,75 millones), sin aportar detalles sobre costos, precios, negociaciones ni condicionamientos. Cuatro días después, un informe de la periodista Denise Mota para el programa No toquen nada revelaba que el acuerdo con el Instituto Butantan, de San Pablo, que tiene la representación del laboratorio chino para América Latina, no había concluido y que existía un preacuerdo, pero que ni siquiera se había establecido la cantidad de dosis que se venderían a Uruguay. El desmentido encendió la ira de al...
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