Desde Washington
LA INNOMBRABLE. En Estados Unidos se considera de mal gusto y anticuado hablar de la lucha de clases, esa noción de marxistas trasnochados. Mientras se propagaban las protestas multitudinarias, las batallas callejeras entre manifestantes y policías, y los incendios y los saqueos que dan rédito a la televisión, el comentarista Tucker Carlson –certificado derechista– escribió: “Los problemas centrales de Estados Unidos son económicos. Lo que presenciamos es una lucha de clases disfrazada de lucha de razas”.
Por más de tres décadas ha
transcurrido un proceso paradójico: mientras que la brecha de ingresos entre
las naciones ricas y las no tanto se ha achicado, dentro de los países,
especialmente los más desarrollados, la diferencia se ha ensanchado con el
empobrecimient...
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