La caída del salario real, que ya se
insinuaba en los últimos años del gobierno del Frente Amplio (FA), se evidenció
a fines de 2019 y se consolidó, definitivamente, a principios de 2020. Los trabajadores
–sobre todo los del sector privado– pueden comprar menos, porque los precios
aumentan más que los sueldos. La suba repentina del dólar a comienzos del año,
el incremento de las tarifas públicas a partir de marzo y abril, y el pico de
demanda de algunos productos durante la emergencia sanitaria empujaron la
inflación a una cifra récord que afecta sensiblemente el poder de compra de los
trabajadores.
Hay muertos en la escena del crimen –los de
siempre–, heridos agonizantes rumbo al hospital y posibles víctimas que no
demorarán en caer. No parece –nunca parece– haber culpables. O, en tod...
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