La reciente entrega de Melisa Machado, después de un
largo paréntesis sin publicar en Uruguay, es una puesta al día con algunas de
sus líneas directrices más marcadas. Entre ellas, cierta virginización de lo
mirado, que nos retrotrae a una especie de estadio anterior al asombro. Incluso
podríamos hablar de una gramática que busca acceder al verbo primero, en cuanto
lleva implícita una trayectoria y una voluntad de recuperación del paraíso, de
interrumpir nuestra caída restituyéndonos a nuestra condición de ser elegidos.
A partir de una búsqueda genealógica de sus raíces primeras (no en vano el
título India y la factura del libro, despojado, semiartesanal), la
autora nos va colocandofrente a una dimensión chamánica –a la vez que
dionisíaca– de la escritura, aspecto que ya se ha vuelto una ...
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