A Marley le pusieron así por los dreadlocks que ya no se amontonan en su cabeza y porque se la pasaba todo el día fumando porro. Hecha la fama no se echó a dormir: salió a conversar con los adolescentes que se la pasaban todo el día fumando pasta base y papando moscas. Algunos encararon, otros no. Casavalle, su barrio adorado, parece estar ahí para recordarle a la capital de la antigua Suiza de América que está bien ubicada en América Latina. Los techos de chapa de las casillas atadas con alambres y amuradas con clavos torcidos abrigan a una tercera parte de los niños que nacen en esta zona sur del país. Las madres (no vi ni un solo padre) capitanean el rumbo de los pequeños que van, bien abrigaditos y chupete en boca, en unos cochecitos que parecen triciclos –tienen hasta pedales– por ...
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