Olor a tinta

Lo que debería ser la norma termina cumpliéndose, al menos de vez en cuando. Me refiero al reconocimiento por una comunidad de los integrantes que se destacan en algo interesante o, mejor, que viven la vida de una forma que resulta útil a los demás y ayuda a construir, de algún modo, esa misma comunidad. La declaración de “ciudadano ilustre” para Antonio Dabezies es, sin duda, de los reconocimientos más merecidos.

—¿Qué impresión te
causó la noticia?

—Bueno, no sé. Creo que es un
reconocimiento a una larga tarea como periodista –todo el mundo cree que yo
empecé con El Dedo, pero no, nada que ver–, y, en ese sentido, lo tomo
como incluyendo a toda una generación de periodistas. Y bajo esa premisa lo
acepto.

—La lista de ciudadanos ilustres
es un poco heterogénea, ¿no?

—Ja, sí. ...