Con el gesto que desenterró los expedientes de 81 médicos militares –acusados en los ochenta de ser autores o cómplices de la tortura– afloró también un viejo debate del Sindicato Médico del Uruguay: entre 1985 y 1988, la mayoría de los médicos agremiados resolvió que el ejercicio de la medicina y la carrera militar eran incompatibles. Hoy, aunque muchas cosas hayan cambiado, los médicos militares son casi tantos como a la salida de la dictadura.
Como un
oxímoron, para el Sindicato Médico de los ochenta
esas dos palabras, “médico” y “militar”, significaban cosas opuestas, porque el
juramento hipocrático y la jerarquía militar eran interpretados como mandatos
irreconciliables. Claro que, además, no era cualquier momento histórico. A la
salida de la dictadura la cadena de mando respondía...
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