Nuestro himno nacional nos habla del “voto
que el alma pronuncia”. Aquel 16 de abril, hace 30 años, el 55,9 por ciento
de las almas orientales se pronunció, paradójicamente, a favor de los
militares, los desalmados. Esa suerte de eutanasia a la que nos condenó la mal
llamada “transición en paz” nada tuvo que ver con el verso que con tanta
solemnidad se entona en los actos públicos: “heroicos sabremos cumplir”.
Seguramente, hace 186 años, cuando Francisco Acuña de Figueroa escribió la
letra del himno, la evocación al alma que pronuncia respondía a la influencia
de las ideas de Platón, que consideraba que esa entidad inmaterial era la
dimensión más importante del ser humano.
Quienes en 1989 se pronunciaron por
los desalmados arrebataron la verdad sobre los cuerpos ausentes, los torturado...
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