La promesa de que los ex detenidos de Guantánamo acogidos en el país permanezcan en territorio uruguayo por dos años, aunque embarazosa para Uruguay, parece estar clara para Estados Unidos. Así se desprende de las afirmaciones de Lee Wolosky, enviado especial del Departamento de Estado para el cierre del polémico centro de detención. La supuesta desaparición de Jihad Diyab del radar de las autoridades, a mediados de año, coincidió con la comparecencia de Wolosky ante el Congreso. El 7 de julio –y ante los cuestionamientos del republicano Ed Royce, presidente del Comité de Asuntos Exteriores– Wolosky dijo que Uruguay ha cumplido todas las medidas de seguridad, incluida la promesa de no entregar documentos de viaje internacionales por dos años.
Según la crónica parlamentaria de The New Yo...
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