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El país detenido

Hace una semana en Cuba todo parecía estar perfectamente “amarrado”, como en un guión que sin mayores enmiendas ya había sido escrito hasta 2018, o incluso 2021. Eso fue antes de que en el séptimo congreso del Partido Comunista (Pcc) los “máximos líderes de la revolución” pusieran en pausa los relojes del país... al menos por algunos años.

En pocas palabras, el acontecimiento puede resumirse así: Raúl Castro no designó a un nuevo segundo secretario del Partido –como se esperaba– sino que apeló a la reelección del hombre que hasta ahora venía desempeñando el cargo: José Ramón Machado Ventura. Se trata de un integrante de la “generación del Centenario” –como el propio Raúl y Fidel– que a sus 86 años posee un fuerte prestigio dentro de la maquinaria estatal, pero puede ofrecer muy pocas opciones de renovación. El hecho marca cualquier valoración en torno a ese cónclave político, decisivo en Cuba, donde cada cinco años se trazan las políticas económicas y sociales. Sobre todo porque determina un alto en la pretendida modernización del modelo.

“El simbolismo de sortear los cambios con la generación del Centenario es importante...

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