“Esta es la verdad”, dijo el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, como si después de sus palabras quedara todo más claro. Lo hizo el lunes 28, en una conferencia de prensa que buscó asentar la versión oficial de lo sucedido durante el de-salojo de un grupo de liceales, que ocuparon por cuatro días las oficinas centrales del Codicen. Pero desde el episodio, que ocurrió hace más de una semana, una brumosa disputa mediática no cesa de opacar los hechos. La discusión sobre el presupuesto para la educación fue relegada a un segundo plano, mientras en los tribunales de la Ciudad Vieja desfilaban militantes estudiantiles y sindicales en un festín judicial.
En ese marco la Policía, que por ahora no fue imputada por la justicia, lideró las investigaciones que desembocaron, hasta el cierre de e...
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