—¿Qué proponés, en tu “programa de gobierno”, para la cultura?
—Comienzo por subrayar, como lo hice en todas las entrevistas que me han hecho, que esto es una acción artística en clave de parodia electoral, para llamar la atención de una sociedad acostumbrada a centrarse en la política y el fútbol como temas relevantes. Quería salirme, además, del circuito clásico de visitantes de una exposición de arte o arquitectura, y lo que me importa es Montevideo, la carencia de autoestima y cariño que está en la base de todos sus problemas. Por eso la exposición, mediante 44 proyectos planteados por más de 120 artistas, diseñadores y arquitectos, la propone como objeto de estudio y reflexión. Ocupa tres plantas del Centro Cultural de España y está dividida en siete áreas: mapeo, ecociudad, cultura urbana, transporte, turismo, patrimonio y tecnología y diseño.
—¿Qué ofrece el área cultura urbana?
—Magela Ferrero, por ejemplo, contrasta placas conmemorativas que los intendentes inauguran con mucha pompa para que no las lea nadie, ironiza, con filmaciones de personas en lugares de la ciudad que acompañaron instantes especiales de sus vidas, un primer beso, una epifanía, en una celebración de lo cotidiano.
—Parece un gesto Facebook, la socialización salvaje de lo privado.
—Para mí apunta a que habría menos rejas si la gente saliera a tomar posesión de la ciudad; es un ejercicio de apropiación del espacio público con microhistorias privadas, un festejo de la intimidad lejano a Facebook. Otra propuesta, “Montevideo según Youtube”, de Agustín Ferrando, compila filmaciones de la ciudad realizadas por uruguayos a lo largo del siglo XX, y subidas a Youtube, en las que claramente ves que hasta la década del 70 los estilos arquitectónicos llegaban para amalgamarse con los preexistentes, no para descomponerlos. La dictadura quebró no sólo nuestra forma de vivir, sino de concebir el hábitat. Y el mercado vino a contribuir con su granito de arena especulativo a la alegre demolición de riqueza patrimonial.
—Aclarás que tu candidatura es una movida artística, pero reflotás la vieja aspiración de un tren rápido a Ciudad de la Costa por el cantero central de avenida Italia.
—Porque no ignoramos la dimensión física de la ciudad; entonces, además del tren hay otras propuestas de movilidad no contaminante y segura. También proponemos jardines en azoteas; Montevideo cuenta con algunos pocos “techos verdes”. Además planteamos un protectorado para la Ciudad Vieja, que la independice de la administración central y permita transformarla en un gran laboratorio de ensayos de recuperación. En ese sentido la Ciudad Vieja es ideal porque ya fue un recinto, ya estuvo amurallada, y es un catálogo a cielo abierto de diversidad patrimonial dispersa en la ciudad.
—Oigo al “intendente”, no al artista.
—Todo lo que argumentamos está atravesado por la metaforización. Matías Paparamborda propone sacar los ómnibus de la Ciudad Vieja sin decirlo, con una pintura al óleo de una fachada cubierta por el hollín de los caños de escape, y unos audífonos donde podés escuchar el bramido de los ómnibus por Cerrito a las cuatro de la tarde. Nunca nos acordamos de que convivimos en Montevideo con una fauna espectacular, que las fotos de Marcelo Casacuberta registran.
—Animales domésticos.
—No, pájaros, batracios, reptiles, pequeños mamíferos, mucho más que palomas y ratas. El denominador común de todos los trabajos es el amor que sentimos por esta ciudad, en la que vivimos por elección, no por descarte.
—¿Estudiaste arte?
—Estudié arquitectura, cine y bellas artes, y aplico estas disciplinas indistintamente en todo lo que hago. A esta casa, que no sabés cómo estaba cuando la compré, la recuperé en tres meses, yo solo, mis amigos me decían que había enloquecido (estamos en una casona de Pocitos cuyos vitrales, escalera y espacios inundan de imaginería patricia al visitante).
—¿Concluiste alguna de esas carreras?
—No, tengo un conflicto con los finales (sonríe), pero el trabajo me dio todas las “terminaciones” adecuadas. Hace más de dos décadas que hago exposiciones sobre las ciudades donde viví, fui años director de arte audiovisual, trabajo muy interesante porque recreás interiores y exteriores para guiones, trabajé en un estudio de arquitectura en San Pablo y estoy elaborando una escenografía para una obra que estrenará la Comedia Nacional. La práctica, como te decía, completó con creces mi formación. Incluso hubo en 2010 una muestra Ghierra intendente uno, en el Subte Municipal, que no tuvo esta repercusión, supongo que porque las redes sociales no estaban tan desarrolladas.
—Los medios corrieron a entrevistar al “político”, ¿reflexión sobre eso?
—Es alucinante, como está ocurriendo no puedo analizarlo con la debida distancia. El periodista de uno de los canales que me entrevistó dijo: “Mi área es política, me interesa ese aspecto de lo tuyo”. La Revista Ñ, del diario Clarín, me hizo una entrevista de dos horas, y me llamaron desde Asunción y Lima para intentar comprarme la estrategia. Recibo correos diarios preguntándome qué opino de las paradas de ómnibus, y aclaro a todo el mundo que procuro colocar los temas de ciudad en la agenda política, pero estoy a años luz de querer, y poder, resolver nada.
—Y los candidatos reales decidieron entrevistarse contigo.
—Sí, Topolansky, Martínez; les dije exactamente eso, que si podían incluyeran los temas de la ciudad en sus programas.
—¿Qué te preguntaron?
—No preguntaron, escucharon. Y me dijeron que irían a la inauguración de la muestra.n
1. Ghierra intendente 2015. Montevideo, la ciudad que queremos. Centro Cultural de España (CCE), Rincón 629, hasta el 13 de junio, de 11 a 19 horas; incluye visitas guiadas para adultos, y talleres para niños y jóvenes todos los sábados de abril.